10 meses desde mi última visita.
Hace tiempo que no soy la que fui, y hoy no sé si esto me gusta.
He cambiado. Todo ha cambiado.
Ya no escribo por un gilipollas al que echo de menos, ya no nos echo de menos.
Y aun orgullosa de ello, escribir aquí se me está haciendo realmente raro.
Andrés lleva horas sonando, y yo me empiezo a plantear que estoy rota.
Han vuelto los viernes de ahogos,
de cervezas en bragas, sudaderas muy holgadas,
y el moño más desastroso en mi cabeza [como mis ideas].
Me dormí leyendo poesía.
Me está dando miedo reconocer que detrás de esta coraza a la que denominaron piel
sólo tengo órganos,
similares a los de cualquiera.
Mi propósito era eliminar más de la mitad de las entradas de este rincón,
pero no pude evitar ponerme a llorar,
y ahora esto ni se asemeja a ser poesía.
Me da vergüenza saber a ciencia cierta que un paquete (o dos) de tabaco y Spotify
son lo único que me está sujetando.
Presente continuo.
A saber hasta cuando pueden aguantar todo mi peso.
Ni sé continuar ni sé volver a poner en camino este escrito, así que mejor lo dejo estar.
'Winged or chained, I ask you:
Would you have stayed?
Did I hold you too tight?
Did I not let enough light in?'