viernes, 25 de septiembre de 2015

Me he desvelado, vuelvo a no poder vivir.

10 meses desde mi última visita.
Hace tiempo que no soy la que fui, y hoy no sé si esto me gusta. 

He cambiado. Todo ha cambiado.
Ya no escribo por un gilipollas al que echo de menos, ya no nos echo de menos.
Y aun orgullosa de ello, escribir aquí se me está haciendo realmente raro.

Andrés lleva horas sonando, y yo me empiezo a plantear que estoy rota.

Han vuelto los viernes de ahogos, 
de cervezas en bragas, sudaderas muy holgadas,
y el moño más desastroso en mi cabeza [como mis ideas].

Me dormí leyendo poesía.
Me está dando miedo reconocer que detrás de esta coraza a la que denominaron piel
sólo tengo órganos,
similares a los de cualquiera.

Mi propósito era eliminar más de la mitad de las entradas de este rincón,
pero no pude evitar ponerme a llorar,
y ahora esto ni se asemeja a ser poesía. 

Me da vergüenza saber a ciencia cierta que un paquete (o dos) de tabaco y Spotify
son lo único que me está sujetando.
Presente continuo.
A saber hasta cuando pueden aguantar todo mi peso.

Ni sé continuar ni sé volver a poner en camino este escrito, así que mejor lo dejo estar.

'Winged or chained, I ask you:
Would you have stayed?
Did I hold you too tight? 
Did I not let enough light in?'

martes, 18 de noviembre de 2014

Echo de menos como odio cada cosa que olvido.


A veces te olvido, otras te odio y la mayoría de veces te echo de menos.
No sé, no consigo que salgas de mi cabeza.
Me es imposible entender el cómo la vida es tan bonita solo a ratos,
y hace tantísimo que no los veo.


Te olvido;

ya ni siquiera recuerdo como besas,
como bailas cuando no te gusta la música,
como bajabas tus dedos por mi espalda contando mis  lunares,
y tampoco me acuerdo de lo precioso que era que me cogieras de la mano,
porque sí,
sin razón ninguna,
sin avisar.


Te odio;

como odio el olor del recuerdo,
odiando cada una de tus extremidades,
cada pelo que se te queda sin peinar
como si viviera en guerra constante con tu frente.
Como odio vernos y no mirarnos,
te odio como cuando la marea se pone en mi contra.
Odio todos y cada uno de tus sentidos 
cuando no los usas conmigo.


Te echo de menos;

como echo de menos las ganas de vivir 
sin ti,
como echo de menos mojarme en las tormentas,
como los aires de Diciembre.
Te echo de menos
de la mejor manera que sé echarte de menos,
como recuerdo la libertad de una persona atada,
como echo de menos llorar con la luna.
Echándote de menos como odio cada cosa que olvido.
Te echo de menos tanto que se me hace poco.
Echo de menos que no duela
no saber cómo dejar de echarte de menos.


Tengo tantísima tormenta por dentro
que me ahogo al respirar,
se me ha olvidado nadar sin ti,
no paro de pisarme las ojeras al bailar.


Me tropiezo día si, día también
con mis miedos,
que aún me hablan de ti.
Aún no he aprendido a callarlos.


No sé, no consigo que salgas de mi cabeza.







martes, 11 de noviembre de 2014

Inmaterial.

Yo no paraba de repetir
que quedarte conmigo sería tu perdición,
que huyeras,
que sin mi, serías al fin tú.
Pero en realidad no pensé lo doloroso que sería no tenerte,
lo que me jode ser pasado sin recuerdo,
que solo te toque en mis propios sueños. 

Idiota. 
Irte así ha hecho que ni la poesía me llene,
que no pueda sonreír,
que no consiga conciliar el sueño,
que cada movimiento que realice,
que cada palabra que suelte por mi boca
lleva detrás mil y un 'te quiero's,
aunque ni siquiera estés delante.

No te saco de mi piel,
y estoy terrible sin ti.

Y ahora sólo pienso en mi 'yo' de antes,
me refugio en los recuerdos,
muerdo la lluvia de Noviembre
y escribo sobre cada lágrima que veo
ajena a las mías.
Mis ojos los dejaste secos de locura.

Y en cómo nos hicimos eternos en un mundo de catástrofes,
besamos el polvo una y dos veces,
y tres veces más nos lo echamos.
En un colchón cualquiera, en una habitación cualquiera,
a una hora cualquiera.
Deseando tenerte a todas.

Que no hay persona ajena a nosotros
que supiera describirnos,
y ahora el ajeno eres tú.

Hay veces que me quiero sin ti,
hay veces que bailo, río, sueño.
Veo la luz después de tantísimo precipicio.

Y otras me das miedo
-me doy miedo-
porque no te vas,
y tenerte de esta forma
sólo hace que me eche más de menos.

Y lloro sin pensar,
beso sin mirar,
bebo sin control,
y no escribo como lo hacía contigo.

Y hace tantísimo que no estás
que no me acuerdo de nuestra risa al unísono,
ni de los suspiros a centilladas con el mundo.

Me has dejado con un trozo de alma de menos,
con un beso en un portal de quien sea,
con un 'no mires a las demás como me mirabas a mi,
que me mata.'

Y dejé de recordarte en sueños pasados,
te tenía tan superado,
que hasta se me olvidó olvidarte.
Y tu parte dentro de mi está dejándome sin aire.

Ya te creí olvidado otra vez,
y salí perdiendo.
Otra vez estás aquí.

inmaterial

Ya podías aparecer de verdad,
y demostrarme que hasta mis palabras son mentira,
y poder cerrar nuestra historia 
con un punto y final,
quizás ya me cansé de las comas.

Amar está sobrevalorado,
ya no pido más canciones,
más poemas,
más secretos,
o más besos en tus costillas.

Pero no puedo dejar de pensarte,
mira que lo intento,
aunque solo fuimos una historia más en la ciudad.
Nada importante.
Aunque me van ganando a cero los recuerdos.
Y tú volviendo con ellos
cuando aun no has sido invitado.

Al menos no quería hacerlo.
Joder, odio Noviembre, siempre triste.

Black Moustache