martes, 18 de noviembre de 2014

Echo de menos como odio cada cosa que olvido.


A veces te olvido, otras te odio y la mayoría de veces te echo de menos.
No sé, no consigo que salgas de mi cabeza.
Me es imposible entender el cómo la vida es tan bonita solo a ratos,
y hace tantísimo que no los veo.


Te olvido;

ya ni siquiera recuerdo como besas,
como bailas cuando no te gusta la música,
como bajabas tus dedos por mi espalda contando mis  lunares,
y tampoco me acuerdo de lo precioso que era que me cogieras de la mano,
porque sí,
sin razón ninguna,
sin avisar.


Te odio;

como odio el olor del recuerdo,
odiando cada una de tus extremidades,
cada pelo que se te queda sin peinar
como si viviera en guerra constante con tu frente.
Como odio vernos y no mirarnos,
te odio como cuando la marea se pone en mi contra.
Odio todos y cada uno de tus sentidos 
cuando no los usas conmigo.


Te echo de menos;

como echo de menos las ganas de vivir 
sin ti,
como echo de menos mojarme en las tormentas,
como los aires de Diciembre.
Te echo de menos
de la mejor manera que sé echarte de menos,
como recuerdo la libertad de una persona atada,
como echo de menos llorar con la luna.
Echándote de menos como odio cada cosa que olvido.
Te echo de menos tanto que se me hace poco.
Echo de menos que no duela
no saber cómo dejar de echarte de menos.


Tengo tantísima tormenta por dentro
que me ahogo al respirar,
se me ha olvidado nadar sin ti,
no paro de pisarme las ojeras al bailar.


Me tropiezo día si, día también
con mis miedos,
que aún me hablan de ti.
Aún no he aprendido a callarlos.


No sé, no consigo que salgas de mi cabeza.







martes, 11 de noviembre de 2014

Inmaterial.

Yo no paraba de repetir
que quedarte conmigo sería tu perdición,
que huyeras,
que sin mi, serías al fin tú.
Pero en realidad no pensé lo doloroso que sería no tenerte,
lo que me jode ser pasado sin recuerdo,
que solo te toque en mis propios sueños. 

Idiota. 
Irte así ha hecho que ni la poesía me llene,
que no pueda sonreír,
que no consiga conciliar el sueño,
que cada movimiento que realice,
que cada palabra que suelte por mi boca
lleva detrás mil y un 'te quiero's,
aunque ni siquiera estés delante.

No te saco de mi piel,
y estoy terrible sin ti.

Y ahora sólo pienso en mi 'yo' de antes,
me refugio en los recuerdos,
muerdo la lluvia de Noviembre
y escribo sobre cada lágrima que veo
ajena a las mías.
Mis ojos los dejaste secos de locura.

Y en cómo nos hicimos eternos en un mundo de catástrofes,
besamos el polvo una y dos veces,
y tres veces más nos lo echamos.
En un colchón cualquiera, en una habitación cualquiera,
a una hora cualquiera.
Deseando tenerte a todas.

Que no hay persona ajena a nosotros
que supiera describirnos,
y ahora el ajeno eres tú.

Hay veces que me quiero sin ti,
hay veces que bailo, río, sueño.
Veo la luz después de tantísimo precipicio.

Y otras me das miedo
-me doy miedo-
porque no te vas,
y tenerte de esta forma
sólo hace que me eche más de menos.

Y lloro sin pensar,
beso sin mirar,
bebo sin control,
y no escribo como lo hacía contigo.

Y hace tantísimo que no estás
que no me acuerdo de nuestra risa al unísono,
ni de los suspiros a centilladas con el mundo.

Me has dejado con un trozo de alma de menos,
con un beso en un portal de quien sea,
con un 'no mires a las demás como me mirabas a mi,
que me mata.'

Y dejé de recordarte en sueños pasados,
te tenía tan superado,
que hasta se me olvidó olvidarte.
Y tu parte dentro de mi está dejándome sin aire.

Ya te creí olvidado otra vez,
y salí perdiendo.
Otra vez estás aquí.

inmaterial

Ya podías aparecer de verdad,
y demostrarme que hasta mis palabras son mentira,
y poder cerrar nuestra historia 
con un punto y final,
quizás ya me cansé de las comas.

Amar está sobrevalorado,
ya no pido más canciones,
más poemas,
más secretos,
o más besos en tus costillas.

Pero no puedo dejar de pensarte,
mira que lo intento,
aunque solo fuimos una historia más en la ciudad.
Nada importante.
Aunque me van ganando a cero los recuerdos.
Y tú volviendo con ellos
cuando aun no has sido invitado.

Al menos no quería hacerlo.
Joder, odio Noviembre, siempre triste.

viernes, 26 de septiembre de 2014

Escribirte y borrar más de la cuenta.

Hoy me he despertado
y no estabas tú
y me toca levantar mis miedos.
Sola.
Como de costumbre.

El silencio que siento
en cualquier bar
donde estás tú -y no me escuchas-
deja el alma en cada espejo.

Te veo a lo lejos
y mi dolor al apartarme la mirada
es equivalente
a todos los no-abrazos
que quizás eche de menos.

Sabes que estoy cuerda,
no hagas como si no notaras nada.
Que te veo reír
y esto no es un canon como solíamos.
Y ese fue el fallo catastrófico.

El punto y adiós.

Entiende mi castigo,
no me diste tiempo a enviar mi carta de despido,
de decirte que no podía seguir hacia ti.
No podía perderme a mi.

Y ahora no me encuentro ni en mi sombra.

Cada canción de Serrat eres tú,
en cada verso de Neruda veo tu cara.

En cada playa, en cada tramo de arena,
en cada ola está escrito tu nombre.
Pero al revés.
Como nos solía salir todo.

Cada paseo por la noche de la mano,
cada 'esta es mi novia' cuando conocí a tus amigos,
cada beso en las farolas. Todas. Hasta llegar a casa y acabar.

Estoy obsesionándome.
Y es que no te saco de mi cabeza.
No pienso mas que en ti.

No sé si te sigo queriendo,
sólo sé que vivir sin ti me está matando,
pero tenerte suponía no tenerme a mi.

Y había que elegir,
o matarnos o matarme solo a mi.


Y escogí lo último.


miércoles, 24 de septiembre de 2014

Mis maneras no necesitan más de ti, que a ti.

Te vendo
todos los trozos restantes de mi alma
y mi media voz
a cambio
de nada.

Solo el olvido.

Envidio a las valientes
que se atrevieron a dejar volar
la primavera
hacia tus caderas.

Sin darse cuenta del otoño que las invade.
Que te invade.
Que me invade.

Que no me digas 'ven'
sin darte cuenta que hay más.
Que no somos más,
un huracán perdido 
girando en todas y cada una de tus costillas.

Que no te diga 'para'
cuando no conozco el dolor
de no describir el disfraz 
que acompañó a tu razón.

Y no quiero nada más que otro fracaso.

Y me importa poco el mundo
Ya no me importo ni yo.

Mis maneras no necesitan más de ti
que
a
ti.

¡SILENCIO!
Benavente recitando.


miércoles, 3 de septiembre de 2014

Y aun así eras poesía.


Creo que ya no te quiero. Creo que no te quise nunca. Quiero creerlo.
Quizás así no duela tanto el no tenerte.

Mierda. Dejé de escribir por esto, por no hacerlo sobre ti.
Y es que siempre acabas saliendo. Y es que nunca te has ido.
Ya no te tengo en cuerpo presente, ya no te rozo -ni me rozas- la piel.
Simplemente estás, y eso va siendo mi mayor desgaste, ese desastre de pies a cabeza que atormenta como nunca antes ha atormentado nada.
Tu presencia era un pozo,
sabías tentar a ahogarme con solo medio suspiro tuyo.

Te echo de menos.
Joder, cuántas veces habré prometido al sol no añorarte. 
Cuántas veces juré -y perjuré después- que algo que me hunde no puede darme luz.
Cuántas veces sonreí cuando me preguntaban si seguía contigo en la cabeza. 
Qué ignorante puedo llegar a ser. Y es que te tenía en todo el cuerpo.

Te quiero a mi lado.
Es cierto, un infierno tus caricias, Apocalipsis con tus besos. El demonio en de tu mirada.
Y aun así eras poesía.
Y sigue habiendo versos rotos para ti. Versos y besos que no daré a nadie más.
Te parecerá bien apropiarte así de todo. Adueñarte de cada quejido. 
De cada sentido cada vez que se me ocurre hablar.

Que sí te quiero. Que sí te quise siempre. Aunque cueste creerlo. 
Quizás no te des cuenta de cómo duele tanto el no tenerte. 

Y de esto saco en claro una única cosa, 
fuiste mi único motivo para respirar
y ahora eres mi mayor motivo para dejar de hacerlo.

Cada vez más sinsentidos.


Creímos tener la ecuación perfecta, directa a la recámara guardada,
donde ni los complejos nos hacían la vida imposible.

Ya no sé ni explicarlo.

De cómo pestañear y echarte de menos, que esas milésimas de segundo fueran ímpetu y ganas
de quererte y comerte.
A la vez.

Y de repente, muerta.

Nadie sabe explicar cómo desapareciste por completo,
de mi mapa casi mudo,
de mis manos hipócritas,
de mi sonrisa aislada.
Que antes todo era tuyo.

Nadie me dice mis defectos
qué hice mal
qué hice para perderte
para que todo se torciera.

Nadie dice nada. Ni tú. Ni yo misma.

¿Hasta cuándo durará?
el quererte y que no estés,
el necesitarte y no abrazarte,
el besar al aire cuando pienso en tus costillas.
Que no acabe en '-te' cada verbo que sale por mi boca.

Cada vez más sinsentidos.

Contéstame tú, siempre fuiste el listo,
resuelve tú mis dudas.
Quizás tampoco sepas de qué voy,
quizás te falte más amor dentro y te sobre orgullo.

Orgullo: el mayor problema escrito.

Quisimos dejarlo en un 'hasta aquí.'
cuando solo era el comienzo. Orgullo otra vez.

Quisimos hacernos creer que no llegábamos a más,
cuando me faltaba más de la mitad.
Quisimos jurarnos amistad,
y bien sabías tú mejor que yo que el reproche es mayor.
El orgullo es mayor. Orgullo otra vez.

Quizás no eramos un 'nosotros', 
eramos un jodido desastre incapaz de estar unido. 
Fallos y errores sin rematar.
¿Acaso hemos rematado nosotros?
Prefiero parar.

Más sinsentidos. 


                                                                            -Y los que me quedan-

sábado, 24 de mayo de 2014















'¿Y qué soy para ti?', me dijo.

Una ducha de agua fría en el infierno,
una sonrisa antes de un fracaso,
un silencio por enfado.

Un grito de victoria,
lágrimas ante una pérdida,
una lluvia en el desierto.

El café de un domingo de Enero,
como la arena ardiendo en la playa,
el primer cubata de una noche larga.

Una canción antes de dormir,
una foto de un momento inmarchitable,
un 'te quiero' de verdad.

'Mi mejor amigo' me limité a contestar.


jueves, 22 de mayo de 2014

Y no puedes volver, y yo te quiero aquí.

Y te echo de menos a morir.
Y no puedes volver, y yo te quiero aquí.

No aguanto más, y  es que no puedo más.
Y no puedes volver. Y yo me jodo.

¿Dónde estás? ¿Cómo estás? ¿Eres feliz?
¿Cómo quieres que esté yo si no puedo ni sentirte?

La mitad de mi sonrisa eres tú, mi alfa y el omega, mis pros y mis contras.
Cada vez se hace más duro, ¿sabes?

Y lo más duro es que nadie sabe que pasa, nadie sabe por lo que pasas.
Yo sí lo sé, como también sé que me lees.
Y que vas a volver, y todo va a volver contigo.


Porque ni llorar es igual si no es a tu lado.

viernes, 16 de mayo de 2014

Y ahora estoy sola yo.

Me sentó a su lado
y recordó que estábamos solos
y me besó como nunca antes me había besado

Y estábamos solos

Y ahora estoy sola yo.

Hicimos el amanecer nuestro
bailamos en la cama sin levantar los pies
guardamos nuestros problemas
cuando él guardó su jersey

Besé cada uno de sus lunares
amé como nadie cada señal y cicatriz
Juró ser el guardián de mi sombra

'Querernos, querernos siempre, con todas nuestras fuerzas
y no poder vivir sin ti'

Y ahora estoy sola yo
Y no poder vivir sin ti.

jueves, 15 de mayo de 2014

Y tus poemas de Mayo.

Un año más tarde estoy aquí, 
dignándome (otra vez) a devolverte en versos todo lo que me quitaste.

Intentando no llorar por los que no están. Como tú.
Pero es que tu no-presencia duele más que cualquier otro dolor.

'Pasa página' y no puedo, escribiste en mi una saga entera interminable,
infinita,
como me prometías todo.

Puede que fuera tu palabra favorita, la mía era (es) tu nombre. Del derecho y al revés, boca arriba y desde abajo.

Que me digan a mi qué es  perder la cabeza por alguien, que yo he perdido hasta el alma.

Creo que se fue con tus versos dedicados, con tus poemas completos. 

Cuando encuentres parte de mi contigo me lo mandas, que si voy yo te lo regalo.

¿Locura de amor? El amor ya es una locura.

-¿Y para ti que significa el amor?


Una de las miles preguntas planteadas que dejé de responder. En realidad, <Amar> es diferente para unos que para otros. Para mi el amor fue, es y será él.

El amor... para mi el amor es el olvido del 'yo', la capacidad de reír juntos, encontrar tu propia felicidad en la felicidad del otro. Ser dos y un solo corazón.

Aun así, esto no deja de ser puro subjetivismo, nada mas allá de la conciencia. Y bueno, mi conciencia en este caso sabe de sobra que el amor más duradero es el no correspondido; y que <Amar> solo se puede conjugar en pasado. Paradojísmo sentimental.

Y esto para el amor.

¿Y el no-amor?

Ningún amor puede sustituir al amor; y no ser nada y no amar es lo mismo.
¿Acaso se puede vivir sin ello?

Con lo difícil que es gozar de un 'Te quiero' propio...



sábado, 10 de mayo de 2014

Ningún amor puede sustituir a el mismo.

De la RAE, Enamorarse: -'Prendarse de amor de alguien.'

Pues no puedo tener más claro
que estoy enamorada de él.

De su risa nerviosa, de su manera de mirarme.
De su pelo negro mojado después de una ducha,
de la manera  en que me llama.

De sus ojos hipnotizantes y de sus ganas de más,
de cuando se enfada y cuando necesita descansar,
de la manera en que hace único cada momento a su lado.

De sus frases para todo, de cómo se hace el chulo al hablar,
de su manera de disfrutar con lo más mínimo,
y de su poder de convicción.

De todo él, no sé, de que tenga el poder de tenerme pensando en él día y noche,
que todas estas palabras vayan para él,
que haya podido hacer que pierda la cabeza por él.

Y te fuiste
Ahora estas páginas no tienen argumento
y esta prosa llora tras de ti.

Y yo, eso, a mi me has matado por dentro.

¿Y qué nos ha quedado?


Recuerdos, tan solo eso. Recuerdos sin importancia,
que duelen, arañados y olvidados.

Recuerdos que se van con el último cubata de Diciembre
y con cada brindis de Enero.

Con cada veintinueve de Febrero
y con el último abrigo guardado de Marzo.

Que se marchan, con la última golondrina en Abril,
con cada puesta de sol en Mayo.

Con el último colegio cerrado en Junio
y con todas las duchas de agua fría en Julio.

Recuerdos cada vez más lejos, con todos los atascos de Agosto,
con cada despedida de Septiembre,
con cada hoja caída en Octubre.

Y llega Noviembre y me encuentro sin palabras.
¿Ahora con qué se han ido mis recuerdos?
                     
                                                                                 Con el último suspiro a su lado, supongo.


Volver a ser contigo:

Volver a tocarte, volver a sentirte, volverme a perder en tus piernas.
A soñar contigo,
a ser parte de tu piel. 
Ilusionarme como una niña,
amándote como una mujer.
Volverme a enamorar a tu lado, a necesitarte para caminar. 
Y es gracioso, sin ti siento morir, y cada vez que te acercas más me cuesta respirar.
Ser tuya en cuerpo y alma, regalándote cada pedacito de mi,
siendo tu viento perfecto, donarte mis pensamientos,
estando a tu lado cada paso hacia atrás. 
Prometiéndote con cada sonrisa, que no necesito nada mas que tus besos.

Ni puedo ni quiero hacer nada.

Le observo callada, respirando muy fuerte
y sonriendo como aquella niña que estoy segura que fui.
Intentando no despertarlo sigo mirando, mirándole a él, a su pelo castaño desenfadado,
a su piel pálida y delgada.
Sus brazos descubiertos quisieran acabar conmigo.
Y pudiendo imaginar una vida a su lado, con camino sin retorno.
Como un segundo a su lado hace que pueda interesarme en que no acabe nunca.
Se ha apoderado de mi, se ha convertido en un vicio.
Y es irónico, pensé que aquí la droga siempre has sido tú. 


Como si fueras a morir.

Llama a tu ex-novio y dile algo,
Como que estoy rota sin ti. 
Y nos miramos, tanto que sentí atravesarlo.
¿Cómo he llegado a este extremo, 
a este punto de no-retorno?

Ya no puedo dejar de ser con él,
dejar de respirar su mismo aire,
dejar de sentir a su lado.

Que solo sus ojos verdes saben el mapa de mi alma
cómo controlar mi pulso tan solo pestañeando.

Y que, a un paso de cambiarlo todo,
conseguimos sobrevivir,
inventando ese pronombre más allá de un 'Nosotros'.

martes, 15 de abril de 2014

Que seas tú el motivo por el que pierda el autobús, por el que llegue tarde a casa cada día, a quedar con mis amigas, el motivo de mis retrasos en clase, el motivo de irme a dormir tan tarde y tener tanto sueño, el motivo de mis arañazos y de todos esos '¿y esa sonrisa por quien es?'. Que sea lo que sea, seas tú.


Y al final quedo como siempre, tendida en el suelo, seca de llorar, sintiendo otra vez todo lo contrario a lo que sentí a su lado. 
Lloviendo sin llover, calándome con los besos que no me da.  
Susurrando, sacando a la fuerza todos los 'te quiero' preparados.


Amando, amando como nadie querría amar.

Pero sí abrazos.

Y ya no sé como decirte
que a veces
no hay palabras suficientes.


Pero sí abrazos.


He tratado de aprender de los errores
y he tratado de ser mejor persona
porque lo aprendí de ti, que me llevabas de la mano.


Y de repente, la vela se apaga.

La mirada perdida en el texto, hurgando en cada pequeño rincón de tu cerebro mientras las sombras bailan al compás de la llama. Está todo tan tranquilo, tan relajado. Solo tienes que tumbarte aquí a mi lado, observar a la nada mientras tu cabeza se sumerge en un lago de pensamientos, transportándote a una tranquilidad tan magnifica como escasa hoy en día. Apagar las luces y encender el último cigarro que te quedó de la noche anterior, un vaso de té y una cama en la que sentarte y disfrutar de un sinfín de sensaciones, de esa magia del momento. Las sombras tintineando de un lado para otro mientras el leve olor a vainilla te hace viajar a otro mundo, a otro tiempo, a otra realidad donde las complicaciones solo son pequeños susurros tras un halo de relajación.




Qué es esta felicidad (que solo provocas tú), qué es que alguien te necesite, qué son estas ganas de que sea el día siguiente para pasarlo entero hablando contigo, qué son estas ganas de decírtelo todo.

Que alguien venga y me lo explique porque sigo sin entenderlo.



¿Y entonces qué somos?

Somos las ganas de abrazar a alguien a cada segundo. 
Somos como niños cuando nos enfadamos, como novios cuando nos dejamos de decir que nos queremos. 
Somos las ganas de luchar por la distancia si sabemos que cada uno está al otro lado. 
Somos las comeduras de coco de cada noche por un '¿y si me sustituye?'. 
Somos los buenos días de cada mañana, esa sonrisa al escucharnos por teléfono; al oír un 'quiero verte'. 
Somos... no sé, no somos nada sin dejar de ser algo. 



Black Moustache